INVESTIGAMOS Y DESARROLLAMOS PRODUCTOS BASADOS EN COBRE PARA SU APLICACIÓN EN EL RUBRO DE LA SALUD

Nuestra Empresa

La creación de Cupersan, nace a partir de un accidente, algo que al parecer suele suceder cuando ocurren los descubrimientos. Te contaremos a continuación, el camino que hemos recorrido con nuestro equipo.

La idea nació por allá en el 2011, luego de que Sebastián Herreros (Químico de Cuperscience) en respuesta al incremento del precio del yodo – producto del desastre nuclear de Fukushima – decidiera crear una nueva formulación para prevenir las infecciones en las ubres de vacas lecheras. Sin embargo, esta vez, la formulación hecha por Sebastían, tenía cobre entre sus componentes.

Desde aquel accidente, todos los rebaños que usaban yodo, de un día para otro, comenzaron a usar la nueva formulación con cobre.

Al corto tiempo, los veterinarios de los campos, empezaron a describir algo no previsto; las heridas en las ubres de las vacas, estaban sanando muy rápido, tanto así que llamaba muchísimo la atención.

Fue en ese momento, cuando Félix Gallardo (Médico Veterinario) decidió ir un poco mas allá y se contactó con una agrupación de veterinarios que rescatan perros abandonados. Junto a ellos, comenzaron a tratar las heridas de perros que habían sido atropellados, trayendo consigo resultados que fueron sorprendentes. Aquello fue lo que impulsó las primeras pruebas, en heridas abiertas de familiares y personas cercanas al equipo.

En 2014, entusiasmados por los buenos comentarios de familiares y amigos, decidimos comenzar una investigación más profunda en humanos, donde estudiaríamos las heridas más complejas que hay: las ulceras de pie diabético.

Buscamos una institución que nos pudiera guiar en este nuevo desafío y así fue como llegamos a la Asociación de Diabéticos de Chile. Les presentamos nuestro proyecto y reconocieron el potencial que podría tener para sus pacientes. Entonces decidieron apoyarnos.

En conjunto, desarrollamos un ensayo clínico que fue autorizado por el comité de ética de Servicio de Salud Metropolitano Oriente que se efectuó entre 2014 y 2015. Entre los resultados, vimos que, heridas que estaban abiertas y sin evolución desde hacía meses, cicatrizaron por completo. Como los pacientes recurrentemente, requerían de curaciones de ese tipo, ellos mismos percibían la notable evolución de sus heridas. Cada semana de tratamiento nos llenaba de ilusión, sobre todo al ver el cambio de ánimo en los pacientes, cuando se daban cuente que, finalmente, sus heridas estaban sanando.

Hicimos seguimiento fotográfico cada 7 días, medimos cupremia y recuento microbiológico. Unos de los principales indicadores de evolución positiva, era la desaparición del tejido macerado, producto de las metaloproteinasas, y la ausencia del mal olor, al tercer día de tratamiento, debido a la disminución de la carga bacteriana en la herida. Por lo demás, cabe mencionar, que la cupremia se mantuvo dentro de los parámetros normales y no vimos reacciones adversas.

Sin embargo, el hito que nos impulsó a crear Cuperscience, fue cuando vimos que gracias al tratamiento con Cupersan, se había revertido el pronóstico de amputación de una herida grado IV en un paciente de 60 años al que le habían amputado ya en dos ocasiones anteriores dos dedos del pie. Cuando vimos las fotos del caso clínico, ya una vez documentado por el equipo médico, nos impresionamos muchísimo, de modo que fue en ese momento, cuando nos dimos cuenta que teníamos que llevar esto, a la mayor cantidad posible de gente, que estuviera afectada por heridas de ese tipo.

Comprendimos que, para lograr transformar nuestro descubrimiento, en un producto comercializable, necesitaríamos una alianza con quien pudiera aportarnos los conocimientos y el financiamiento necesario para materializar nuestra visión.

Presentamos nuestra iniciativa a la incubadora de negocios Ganeshalab y participamos del programa de formación. Finalmente, luego de 4 intensos años, logramos conseguir un laboratorio farmacéutico para poder fabricar el producto y además, cumplir con todos los requisitos necesarios, para obtener las inscripciones en el Instituto de Salud Pública y comercializar nuestros productos.